domingo, 3 de abril de 2011

Y LLEGÓ ABRIL

Mes cuarto del calendario. Podría llamarse de cualquier forma, pero ha llegado. Igual que el chaparrón que acaba de caer en la calle, así ha llegado este mes de abril. Empapándolo todo, no de agua, pero sí de recuerdos, de frases, de momentos que ya sólo pertenecen a la historia, y que durarán lo que duremos los que lo vivimos.


Mes muy significativo para mi corazón y para mi memoria. Ambas cosas difíciles de controlar. Preveo que no va a ser fácil olvidar tantas y tantas cosas ocurridas en el mes de abril.


Algunos de los momentos más felices de mi vida, y también algunos de los más tristes. De unos se cumplirán 22 años, de otros será el primero. Otro ya no se cumplirá, sería el 48.


Hace un año, hice la pregunta que me había resistido a hacer "esto es el principio del fin?", no sé por qué la hice....no necesitaba respuesta. La sabía. "pero es su cumpleaños, no podemos hoy decirle esto".


Y celebramos el cumpleaños, le trajeron hasta una tarta y todos pusimos nuestra mejor cara cuando cantábamos el cumpleaños feliz, bajito para no molestar a otros enfermos del hospital. Todos, ..., sabiendo que ese sería el último cumpleaños que celebraríamos juntos, que ese sería "su último cumpleaños " entre nosotros.


Y hubo regalos, y risas, y tarjetones de felicitación, .... Este año no habrá nada de eso. Este año nuestro corazón está triste, igual de triste o más que estaba el año pasado. Pero este año no tendremos que fingir alegría. Este año lo único que podremos regalarle será una oración por su alma. Una oración que esta alma no necesita para llegar al cielo.


Y ese día pasará, y esperaremos al siguiente de este mes, y ahí recordaré, esa tarde tan calurosa en Córdoba, cuando nos unimos "hasta que la muerte nos separe", esa frase que pasa tan desapercibida en la alegría de una boda. Esa frase que crees que existe porque así alguien lo debió de pensar cuando escribió la liturgia del matrimonio. Esa frase que es mejor pasarla rápido, sin detenerse en su significado. Esa frase que entraña tanto tanto, que mejor no pensarlo.


Pero la muerte no separa. Sólo separa de los sentidos físicos. No ves, no tocas, no hueles...., pero la muerte no elimina el amor. El amor traspasa esa frontera. No sabes si tienes que mirar arriba o abajo para verlo. No esperas escuchar nada cuando preguntas. No puedes sentir el beso que te está dando....., el amor va más allá de todo esto. Lo sientes dentro y fuera de tí.


Sólo hace falta que cielos nublados como el que hay hoy no te lo impidan.