domingo, 26 de septiembre de 2010

VOLUNTARIADOS

Hay cosas que hacemos porque no nos queda más remedio. Que no nos gustan mucho, que no nos gustan nada, o que simplemente tenemos la obligación de hacerlas.
¿Cosas que nos dan rabia, que dan trabajo pero que no tenemos más remedio que hacerlo? Cada uno que piense.......Yo por ejemplo odio ir a la compra. Hago la lista con toda la buena intención del mundo, y cuando llego al super veo que se me ha olvidado. Bueno, pues confiemos en la memoria..... Empujar el carro, sacar las cosas en la caja, meterlas en bolsas, de ahí al maletero, del maletero a casa, y de ahí a la estantería correspondiente...., vamos que te mueves las mismas cosas tres o cuatro veces. Si además es una casa con bastante gente, el carro va lleno, el maletero hasta arriba, y el suelo de la cocina cuando has descargado las bolsas ni se ve......Y lo peor de todo, es que algo se ha olvidado, así que hay que ir al día siguiente, porque justo es lo que más necesitabas. Y las cosas se gastan, así que la semana siguiente, vuelta a la misma rutina. En mi casa de Madrid tenía un vecino que me decía con mucha gracia "ya está aquí mi vecina la que siempre lleva una bolsa del supermercado"
Pues eso, que hay cosas que no gustan pero hay que hacerlas. Hay otras cosas que dan mucho trabajo, que no cobras nada por ellas, pero que dan mucha satisfacción.
Esto es una realidad, de ahí que haya tanta gente entregada al voluntariado, que existan tantas ONG´s, tantas y tantas asociaciones sin ánimo de lucro. Cada uno de ellos entrega con su tiempo y su trabajo lo mejor que tiene de sí mismo, y además lo hace sin esperar nada a cambio. Unos defenderán la vida, otros a las ballenas, otros a los necesitados del Tercer Mundo...., cada uno tiene su ideal, y trabaja para sacarlo adelante. A cada uno de los que estamos en este mundo del voluntariado nos mueve una cosa, pero estoy segura que todos recibimos la misma recompensa. Poder hacer algo por la causa que defendemos.
Hoy ha sido el Día de Puertas Abiertas del Seminario de Rozas. Casi 300 personas entre adultos y niños nos han acompañado. Mucho trabajo de organización, pero hecho con mucho cariño. Algunos fallos, pues sí, porque todos los que lo organizábamos somos principiantes en esto. Pero mucho, mucho cariño y mucha alegría en ese trabajo. Hemos sido capaces de transmitir esa alegría y estamos satisfechos con ello.
¿qué destacaría de este día? la Capilla de los niños. Más de sesenta niños, algunos muy pequeños. Era graciosísimo verlos a todos sentaditos, escuchando al sacerdote, y lo más bonito, siguiendo la Misa, contestando....precioso porque a pesar de la corta edad de muchos de ellos, se les ve familiarizados con la celebración de la Eucaristía, y eso es una maravilla. No os puedo poner fotos porque no, vulneraría muchas leyes, pero todavía sonrío al recordar algunas anécdotas de esta Eucaristía.
Creo que los que han asistido se lo han pasado bien, pero lo que no dudo es que los que lo hemos organizado, hemos disfrutado un montón.

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