Este año, no sé si será por la crisis o porque las nuevas tecnologías se van imponiendo, he recibido poquísimas felicitaciones navideñas por correo. Por correo normal, me refiero, por el de toda la vida. La mayoría han sido felicitaciones electrónicas.
He de reconocer que yo he pecado de lo mismo. Por pereza, porque cuando me he dado cuenta que había que enviar las felicitaciones ya no daba tiempo a ponerle el sobre y el sello, y por qué negarlo, porque se me ha olvidado donde está el buzón de correos. Hace tanto que no lo utilizo....
Todo tiene sus ventajas e inconvenientes. La ventaja, como siempre, que ahorramos tiempo, que en diez minutos ya hemos felicitado a toda nuestra lista de contactos, que no nos tenemos que gastar dinero en sobres y sellos, ....
El inconveniente, que no nos molestamos demasiado. En mi caso, he cogido la felicitación que han preparado en la central de mi empresa y ya está..... Y parece cualquier cosa menos felicitación navideña. Como tiene que servir para todos los paises, para todas las religiones, y no debe ser polémica, pues nada, unas cuantas bolas de navidad cayendo y un abeto. Que esto no hiere la sensibilidad de nadie.
Esto ya no es ni felicitar la Navidad, ni nada que se le parezca....podría ser la felicitación de cumpleaños, o de cualquier otra cosa.
Ni siquiera ya en las tiendas esas de chinos donde se encuentra de todo hay felicitaciones con el Portal de Belén. Tenía que comprar una porque mi hija la tenía que llevar al colegio, y tenía que tener un motivo religioso. Nada, rebuscando entre miles de ellas, y solo había sombreritos de Papa Noel, bolas navideñas y paisajes nevados.
Presentaciones donde se aparece un arbolito al que le vas encendiendo luces, a golpe de click empieza a salir humo de la chimenea de la casa, y los renos bailan a ritmo de un villancico. Si una de esas presentaciones te gusta, pues basta con darle a reenviar y lo haces tuyo.
Nos resulta más cómodo enviar un SMS en el que decimos lo que antes decíamos por teléfono. Ya no necesitamos escuchar la voz del contrario, nos conformamos con que nos conteste.
¿conocerán nuestros nietos la tradición de felicitar en Navidad, o se perderá como se pierden tantas cosas?
El Papa hace un tiempo nos dijo que utilizáramos las nuevas tecnologías para evangelizar, pero creo que nos hemos pasado de obedientes.
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