martes, 28 de octubre de 2008

LA CRISIS

Estamos saturados de la crisis económica mundial. En la televisión, en los periódicos, los taxistas, las sobremesas con los amigos.....Solo se habla de eso. Y es importante, por supuesto. El hecho que haya cantidad de familias españolas, cada vez más, que no pueden llegar a fin de mes, es preocupante.
Hace unos días, no sé deciros a quién, le he escuchado que esta crisis es una consecuencia de una crisis de valores. Yo no sé como se enlazan las dos crisis, pero lo que estoy segura es que desde hace tiempo, existe una crisis de valores, a la que nadie le ha dado importancia, y que es al menos tan importante como la económica.
Nuestra generación, y en ella enmarco a los que ahora tenemos entre 35 y 50 años, hemos hecho algo mal.
A nosotros nos educaron de otra forma. Había cosas que ni se cuestionaban, se hacían y ya está. Le cedíamos el asiento en el autobús a las embarazadas y a los ancianos. Se abrían las puertas a las mujeres para que pasaran primero. Respetábamos a los profesores, e incluso les teníamos que llamar de ud. Nos hacía ilusión nuestro cumpleaños porque siempre teníamos una lista inmensa de cosas que queríamos tener y que nuestros padres, en unos casos no nos podían comprar, y en otros no querían, por eso del no despilfarro. Cenábamos en casa, y luego salíamos, respetando por supuesto una hora prudente de llegada. Había que esperar a ocasiones como la Nochevieja para poder estar toda la noche fuera. Los domingos, la familia se vestía con lo mejor que tenía e íban a Misa juntos. Solo había un chico de la pandilla que era afortunado, y tenía tocadiscos. Y tantas, tantas cosas.......
Y sin embargo, esta misma generación en un momento dado, no sé cuando, dio un giro de 180 grados. De repente, todo lo que nuestros padres nos enseñaron, lo olvidamos. Esos valores dejaron de tener importancia. Y nos fijamos solo en lo material. Empezamos a luchar y a trabajar duro, por tener el mejor piso, el mejor coche, las mejores vacaciones, la ropa de marca, la mejor tele......Y lo que es más triste, a querer a los demás por lo que tienen y no por lo que son.
Cuando ahora se critica tan alegremente a los jóvenes, tenemos que pensar qué parte de culpa tenemos nosotros, los padres de esos jóvenes. Al fin y al cabo, son el resultado de la educación que les hemos dado. Somos nosotros, otra vez desde nuestro ejemplo los que tenemos que hacerles cambiar.
Mucho mejor que yo, lo expresa esta escritora. Una amiga me la envió, y me pareció que describe perfectamente lo que está pasando en nuestra sociedad. Efectivamente, si queremos que esta crisis de valores toque fondo, vamos a pensar en las personas como lo que son, no lo que tienen. Espero que os guste.



No me interesa lo que haces para ganarte la vida.
Quiero saber lo que ansías,
y si te atreves a soñar en satisfacer el deseo de tu corazón.
No me interesa tu edad.
Quiero saber si te arriesgarías a parecer como un tonto
por amor, por tus sueños, por la aventura de estar vivo.
No me interesa cuáles planetas están en armonía con tu luna.
Quiero saber si has tocado el centro de tu pesadumbre,
si las traiciones de la vida te han abierto,
o si te has marchitado y cerrado por el miedo al dolor futuro.
Quiero saber si puedes sentarte con el dolor, el mío o el tuyo,
sin intentar esconderlo, desvanecerlo o arreglarlo.
Quiero saber si puedes estar con la alegría, la mía o la tuya,
si puedes bailar con locura y permitir que el éxtasis te llene
hasta la punta de los dedos,sin advertirnos que seamos cuidadosos,
que seamos realistas, o que recordemos las limitaciones de los seres humanos.
No me interesa si la historia que me cuentas es verdadera.
Quiero saber si decepcionas a otros para serte fiel a ti mismo,
si puedes soportar la acusación sin traicionar a tu propia alma.
Quiero saber si puedes ser fiel, y por lo tanto ser confiable.
Quiero saber si puedes ver la belleza,
aún cuando no sea bella todos los días,
y si puedes originar tu vida desde su presencia.
Quiero saber si puedes vivir con el fracaso, el tuyo o el mío,
y no obstante pararte a la orilla del lago y gritarle a la luna "¡Sí!"
No me interesa saber en dónde vives o cuánto dinero tienes.
Quiero saber si puedes levantarte después de una noche de pesar y desesperación, cansado y golpeado hasta los huesos,
y hacer lo que se tiene que hacer por los niños.
No me interesa quién eres o cómo llegaste a estar aquí.
Quiero saber si te pararás en el centro del fuego conmigo sin rehuir.
No me interesa en dónde o qué o con quién has estudiado.
Quiero saber qué es lo que te sustenta desde adentro
cuando todo lo demás desaparece.
Quiero saber si puedes estar solo contigo mismo,
y si verdaderamente te agrada la compañía que buscas en los momentos vacíos.

LA INVITACION
por Oriah Mountain Dreamer

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