domingo, 23 de enero de 2011

FELIZ CUMPLEAÑOS, MARÍA

Mover el sofá, quitar los sillones, sacar los tableros, las sillas del jardín,...., toda una organización que funcionaba sola. Se quita rápido y se vuelve a colocar después. Cuando el último se marcha, parece que ahí no ha pasado nada. Veinte, veinte y cuatro, ..., qué más da dos más que menos??

Vajilla de papel para no ensuciar mucho. Cada uno ha hecho su especialidad. Y quien no la tiene, la compra. Nada es una carga para nadie.

La mesa ya está puesta. Nos vamos sentando. La cabecera está vacía. Nadie la quiere ocupar. Desde ahí se ve a todos los demás. Desde ahí se ven a los jóvenes hablando de sus cosas, a las mayores intentando enterarse de qué hablan los demás, a los niños que ya empiezan a no ser tan niños. Mujeres juntas, hombres agrupados. Por eso que cada uno hable de lo que más le interese.

La cabecera sigue vacía. Nadie quiere ocupar ese puesto que durante tantas y tantas celebraciones era indiscutible. Nadie quiere ocupar ese puesto, desde donde se tiene una panorámica general perfecta. Desde donde se daban las órdenes oportunas: "gorda, el vino", "gorda, trae sal", "gorda, el hielo"...., "trae un vaso para Pepe

Tartas, velas y a cantar el "feliz cumpleaños".
La niña, preciosa. Con la cara de felicidad que tienen los niños el día de su cumpleaños, cuando se sienten protagonistas, con ese gesto de interesante que pone cuando empieza a abrir los regalos. Es su día, y los demás no queremos nublárselo.
Ya tiene nueve años. Ya es toda una señorita. Esa "niña de su vida", sigue creciendo, rodeada de todo el cariño de su familia y amigos.

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