domingo, 12 de diciembre de 2010

AMOR

En un momento de tu vida, piensas que ya no habrá nada que pueda hacer que se te conmueva el corazón. Que ese pequeño músculo ha llegado ya a su límite dentro de tí, y que nada ni nadie lo volverá a encojer.
Pero ese corazón, que es el que con su latido nos mantiene con vida, hace algo más que bombear la sangre para que nuestro cuerpo funcione. Ese bombeo de la sangre, no sé médicamente, pero humanamente hace que nos sintamos vivos.
Esa sangre llega hasta nuestra cabeza, y allí no se qué órganos esperan, pero sí se que reaccionan. Y reaccionan con sentimientos. Esos sentimientos que pensabas que ya nunca más ibas a volver a sentir. Esos sentimientos que hacen que ese corazón se ensanche.
Muchos pueden ser los estímulos para que eso se produzca. Una canción, una lectura, unas palabras de alguien, un apretón de manos, ....., pero la respuesta es siempre la misma: el amor.
El amor que ese estímulo trasmite y el amor que está en tu corazón. Ese amor que no puede más y que dice que "aquí estoy".
Preciosa palabra que han utilizado los poetas de todos los tiempos. Preciosa palabra que está en muchas canciones, musa de muchos escritores, protagonista de muchas películas.
El amor, ese que tantas satisfacciones da cuando te sientes llena de él, y que tanto daño hace cuando te abandona. Ese que no entiendes. Ese que es necesario para vivir, igual que el aire que respiras.
El amor, ...., el que nunca pasa

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