domingo, 18 de enero de 2009

CUENTAME

A veces cuando hablo con mis hijos de lo que era nuestra vida hace unos años parece que estamos hablando de la prehistoria. Y de verdad, yo no me siento tan vieja..... Yo digo que pertenezco a esa generación que ha "sufrido" los cambios tecnológicos. Porque ahora, los niños nacen con las pilas puestas en los dedos para manejar los ratones, los mandos a distancia y los teléfonos móviles.
Los de mi generación, estudiamos con bolígrafo y lápiz. Los más afortunados, tenían una calculadora programable y eso era ya la bomba. Yo era de esas afortunadas porque mi hermana vivía en Ceuta y allí se podían comprar baratas.
En segundo curso de la universidad, teníamos que hacer unas prácticas en empresas. Era allá por el año 1983. Un compañero fue a General Motors y vino contándonos lo que era un fax. Nos parecía a todos cosa de magia que se metiera un papel en una máquina, y apareciera lo mismo a kilómetros de distancia.
Las fotocopiadoras estaban en la calle, al lado de las máquinas de fotomaton. El papel era horrible, satinado, y se borraba la tinta a los pocos días. Luego empezaron a aparecer las máquinas grandes con papel normal. Centros parecidos a lo que ahora son los WorkCenter, pero en plan más cutre.
Cuando teníamos que hacer algún trabajo era realmente algo que exigía esfuerzo. Había que irse a las bibliotecas, buscar información como se podía, escribir los folios, recortar las fotos. Exigía realmente un esfuero.....Yo ahora si fuera profesor creo que no mandaría ningún trabajo. Es tan fácil rellenar folios y folios con un copiapega con internet !!!.
Luego empezó nuestra vida laboral. Nos colocaron un ordenador encima de la mesa y tuvimos que aprender a utilizarlo. Y además sin perder mucho el tiempo y sin parecer demasido torpe. Eran programas espantosos, con una pantalla negra, y los ratones no existían.
Con el idioma pasó otro tanto. El inglés era la típica "maría". Nadie le hacía mucho caso. Con chapurrear un poco bastaba. Y de pronto de encontrabas que era vital para buscar trabajo. Pues nada, nos tuvimos que poner las pilar y aprender a comunicarnos en inglés.
En las casas había un teléfono que solía estar en el salón. Tu familia sabía en todo momento quien te llamaba, a quién llamabas, cuánto tiempo hablabas con cada uno. No había muchos secretos porque el teléfono tenía un cable que hacía que la privacidad se redujera a hablar lo más bajito posible para que se te escuchara poco. Ahora nuestros hijos, con sus móviles, el tuenti, el mesenger, el facebook,...., hablan con quien quieren, el tiempo que quieren, y nosotros ni nos enteramos. Sabemos que están teniendo una conversación porque oimos el "cling" del chat del tuenti. Además ya no tienen que mirar el reloj por si la familia está durmiendo y se les despierta con el teléfono. Nada, es lo más normal, escuchar en los móviles de nuestros hijos como entran mensajes a la una de la madrugada. Los que tengáis hijos supongo que sabéis de qué estoy hablando.
Los inalámbricos ya fueron una revolución. Luego llegaron los móviles. En el año 1995 hice un viaje a Hong Kong, y me parecía impresionante que los adolescentes llevaran móviles. En España en esa época, además de que los móviles eran tamaño caja de zapatos, y las llamadas se pagaban a precio de oro, solo los llevaban solo los ejecutivos de alto nivel. Nunca llegué a imaginarme que en España a la vuelta de unos años, pasaría lo mismo, y que en el mercado habría móviles sofisticados, y móviles sencillos para que los utilicen los niños y la tercera edad. ¿como pudimos sobrevivir sin poder estar informados casi instantanemente de dónde está cada uno y de qué está haciendo en ese momento? ¿como subsistimos cuando éramos adolescentes, teníamos un problema y no era fácil llamar a mamá o a papá para que nos lo solucionaran?
¿Y la tele? En mi época infantil, había solo dos canales, y a las once o doce de la noche, ya no recuerdo, con el himno de España, se acababa la tele, y todos a dormir. No había mandos a distancia, bueno, los mandos eramos los hijos. "Cambia de canal", te decían los mayores, y te tocaba levantarte. Los problemas por qué programa se veía eran muy reducidos porque no había tanto dónde elegir.
Bueno, podría seguir poniendo muchos más ejemplos, el paso de los tocadiscos a los cd, las cámaras de fotos, y las de video, los cassetes de los coches (como pasaron del trastajo que había que llevar en la mano todo el tiempo para que no lo robaran a la carátula que se desprendían), comprar en las tiendas de barrio con la bolsa de la compra, la implantación de los cajeros automáticos, las tarjetas de crédito, los cascos de las caseras y las botellas de vino, cambiar los tebeos en los kioskos, .......tantas y tantas cosas. Seguro que ahora más de uno estáis pensando en algo en concreto que os produce añoranza. No porque aquello fuera mejor ni peor, simplemente era todo tan diferente.....
Y de todo esto no hace tanto tiempo, de verdad, solo unos veinticinco años.

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