sábado, 1 de agosto de 2009

DESCANSA, TE LO MERECES

Acaba de empezar el mes de agosto. Hace apenas unos minutos. Mes por excelencia para las vacaciones.
Da igual la crisis, da igual los atentados de ETA, da igual los millones de parados, da igual si el euribor sube o baja, da igual los incendios forestales....ya nos preocuparemos a la vuelta, en septiembre. Hoy millones de españoles solo piensan en llegar a su destino de vacaciones.
Y hoy, principio de vacaciones, os voy a copiar un artículo que se llama "Descansa, te lo mereces" y que ha escrito Manuel Alvarez Romero, que es el Presidente de la Sociedad Andaluza de Medicina Sicosomática.
Es un artículo muy largo, así que voy a copiar lo que a mi me parece más interesante. Comparto totalmente con este señor la idea que tenemos de vacaciones.
No es necesario irse a una playa donde has pagado una pasta, te encuentras un apartamento todo viejo y ruinoso, la playa está mucho más lejos de lo que esperabas, y cuando llegas allí y consigues aparcar el coche, tienes derecho a un metro y medio cuadrado de arena, justito para poner tu toalla.
Vacaciones es otro concepto, es cambiar de actividad, y poder dedicarte a lo que no te has podido dedicar durante el año. Y puede ser en casa, disfrutando de tantas y tantas cosas que tenemos y que no disfrutamos de ellas durante el año. Pueden ser esos libros que tienes pendientes, esas películas, cenas familiares, charlas con los amigos.....hay para todos los gustos, porque ya lo dice el refrán "para gustos colores".
Esto dice el artículo:


Estoy seguro de que a muchos lectores se les habrá ocurrido al leer el titulo de este apartado un dubitativo: ¿y por qué lo merezco? ¡Es tan propio del ser humano ser ambivalente! Y así, queremos algo por unas razones y a la vez lo rechazamos por otras. Así somos. Pero sí, en principio, te mereces descansar durante el próximo verano, y descansar muy bien.

Descansar, dice el diccionario, es cesar en el trabajo o en la actividad, reposar para reponer fuerzas, tener alivio. Suele ser algo gustoso, reparador, conveniente y, en ocasiones, de absoluta necesidad. Dice un acertado proverbio que "cuando pienses que no puedes descansar por la imprescindible actividad que te embarga es cuando más lo necesitas". ¡Ay si recordásemos y aplicásemos este eslogan en nuestras fatigas ordinarias!


Descansar es una necesidad. Pero el descanso ha de llevarse a cabo conforme conviene y gusta a la persona de que se trate. Y es que las vacaciones son... todo lo contrario a una fuga; no hablan de alienarse, distraerse, sino que por sí quieren decir concentrarse en algo, abstenerse de las demás actividades para concentrarse en lo fundamental, en aquel famoso "una sola cosa es necesaria"(R. Cantalamessa.)


Las posibilidades de un buen verano


El verano es una época extraordinariamente adecuada, óptima, para el descanso. Pero esa costumbre social ya clásica ha de ser utilizada con eficiencia, es decir, sacándole partido y rentabilidad. Por eso recordaremos, desde la perspectiva psicosomática, que durante un verano bien aprovechado podremos:


Enriquecernos como personas.

Adquirir conocimientos para los que durante el año carecemos de tiempo ordinariamente.

Recorrer la geografía próxima o lejana, con sus parajes y riquezas artísticas y culturales.

Modificar actitudes personales, especialmente las que, siendo negativas, nos resulten más arraigadas.

Tender puentes relacionales que enriquezcan y permitan el que nos demos a quienes nos rodean.

Aprender a querer, a resolver conflictos personales o interpersonales. ¡Y a dejarse querer!


Las vacaciones de una madre


Este apartado sí que es importante de veras. La madre es, sin duda, quien más probabilidades tiene de quedarse sin vacaciones, aún sin faltar a ellas ni un solo día. Una madre en vacaciones merece ser considerada como una más de la familia a la hora de considerar el derecho a su propio y peculiar descanso. Y de ello conviene corresponsabilizar a toda la familia, a la vez que debemos empeñarnos -y no es nada fácil- en concienciar a la madre de que su primer deber es conseguir su propio descanso. Para ello tendrá que solicitar alguna ayuda y tener la humildad de cuidarse y dejarse cuidar. ¡Se puede! A veces la principal resistencia al descanso de una madre es ella misma, al asumir los trabajos del hogar, con todo el tipo de renuncias y sacrificios que conllevan, sin darse un minuto de descanso.

Quizá convenga considerar ideas como ésta de que durante las vacaciones hay que simplificar la vida doméstica. Cabe vivir el orden, la limpieza y los valores del descanso procurando evitar los excesos de formalismo, tantas veces rutinario e innecesario. Esposos e hijos deberían, con su ayuda, procurar el descanso de las madres. Y ellas lo valorarán al máximo. Con toda seguridad.

Vacaciones en familia

Nos hallamos ante un período de tiempo propicio para experimentar la alegría de vivir los unos con los otros, de dedicarnos tiempo, de prolongar los paseos, las comidas, las sobremesas o las conversaciones disfrutando intensamente del encuentro personal, sin imposiciones y sin prisas. Viene a ser, todo esto, otro modo de conocernos.

Pero para vivir el ocio en familia es imprescindible gozar de paz interior, de paz personal y de paz familiar. Son excesivos los mensajes que nos llegan invitándonos a pensar sólo en uno mismo, a acumular cada vez más cosas, a buscar con desenfreno el complacernos, el lujo y la comodidad.

Muchas familias tienen que ajustar sus vacaciones al cuidado de sus abuelos o de sus miembros enfermos. Otras familias tienen que apoyar a los hijos que les quedan estudios para el verano. Otras experimentan penurias económicas y poca posibilidad de gastar en viajes. Otras tienen muy reciente el duelo por la pérdida de un ser querido. Otras tienen la dura prueba de un familiar cumpliendo condena. Todas estas circunstancias difíciles adquieren nueva luz si se ponen bajo la mirada amorosa de Dios. Se transforman, entonces, en oportunidades para crecer personalmente, para salir de la egolatría y disfrutar también con la compañía del que sufre, constituyendo otros modos -muchas veces superiores- de vivir las vacaciones.

Deseamos finalizar este recorrido vacacional con algunas pautas que puedan ayudarnos a conseguir un descanso saludable. Elije las que mejor se adecuen a tu personalidad y circunstancias, y a las de los tuyos. ¿Condición obligada? ¡Conservar siempre el buen humor! Aquí están:

1° Procura calma y moderación en tus deseos,
2° Reflexiona sobre ti mismo; paséate por tu vida y tus proyectos.
3° Hemos de cuidarnos para así poder ser mejores y servir mejor.
4° Enmarca lo que te suceda, sea lo que sea, en una perspectiva dotada de sentido. Y si te es posible, trascendente.
5° Rectifica con sencillez, si adviertes que te has equivocado.
6° Cuida las horas de sueño y su calidad. No olvides que se duerme como se vive. Las noches suelen ser como reflejos del propio día.
7° Empatiza y simpatiza. Tiende puentes hacia los demás. Disfruta con la comunicación, sabiendo que la vida exige entrenarse en el arte del encuentro.
8° Si aprendes a reírte de ti mismo, nunca te faltarán motivos para hacerlo, y ¡tendrás diversión para rato!
9° Sin descuidar mínimos razonables, sé generoso. Recuerda que la puerta de la felicidad se abre hacía fuera.
10° La alegría es como una saludable gimnasia de mantenimiento que mejora las defensas inmunitarias y otras muchas funciones.
Así que mis queridos amigos, no os sintáis desgraciados si por cualquier circunstancia tenéis que quedaros en casa en las vacaciones. Seguro que si aplicáis alguna de las pautas que nos marca este señor que de esto debe saber mucho, podremos ser igual de felices, o me atrevo a decir que incluso más, que los que mañana cuando abran la puerta del apartamento que tan ilusionados han alquilado, después de nosecuantas horas de atasco, se encuentren que ni es tan bonito, que las vistas al mar son un cuadro colgado frente al sofá y que para tomar un helado tienen que espera una hora a que quede una mesa libre.
Felices vacaciones !!!!!

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