Anoche escuchaba en las noticias que los estudiantes de la Complutense en Madrid se habían manifestado y habían tirado huevos contra el Rector. Me alegró la noticia.
No es que de repente me haya convertido en revolucionaria, ni que esté a favor de la violencia. Pero si siento que ya era hora que nuestros jóvenes despertaran de la pasividad tan horrible que los caracteriza.
Ya era hora que pensaran que tienen que protestar porque les quitan horas de clase. Deben pensar que con tener los viernes libres para descansar de las salidas de los jueves, que ya es suficiente.
Ya era hora, que crean que si no se esfuerzan y no están bien preparados, que se les presenta un futuro bastante negrito.
Me parece fantástico que por una vez, y sin que sirva de precedente, vaya que nos acostumbremos los padres, los jóvenes se manifiesten porque quieren esforzarse más.
Y como decía, no es que esté a favor de estas manifestaciones , sobre todo si no se hacen con respeto, y abuchear al Rector y tirarle huevos, no es precisamente respetuoso. Tendrán que aprender. Nosotros no les podemos enseñar mucho, porque mi generación, la de los padres de los chicos que ahora están en la Universidad, vivimos las manifestaciones esas del cojo rompiendo con la muleta lo que se ponía a su paso. Ni tanto como se vivió en la Universidad en esos años, ni el pasotismo que tenían ahora. Entre el blanco y el negro está el gris.
Y es que los jóvenes, llevaban luego ese pasotismo a todo, a la política, a la religión, .... Si le preguntas a la mayoría que si está interesado por la política, si lee los periódicos, pues lo más seguro es que te lleves una sorpresa.
Me encanta que se vayan motivando, porque en ellos está nuestro futuro. Y malamente lo tenemos si esta generación solo está enganchada a las salidas, el botellón y al tuenti.
Dicho todo esto, ojalá la siguiente en la siguiente protesta sean más respetuosos y hagan mejor uso de los derechos que le otorgan el sistema democrático
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