sábado, 10 de abril de 2010

EL MONSTRUO DE DOS CABEZAS

Me he tomado varios días de vacaciones en el blog. Supongo que pensaríais que ya había abandonado.
Pues no.
Simplemente ha pasado que han surgido imprevistos.
Y es que nos empeñamos en querer hacer previsiones de lo que va a ser nuestra vida en las próximas horas, en los próximos días, en las próximas semanas....Como seres racionales, queremos tener planificado en todo momento qué va a ser de nosotros.
Y no hay nada más lejos de la realidad. Una cosa es lo que nos gustaría y otra cosa es lo que realmente ocurre.
La realidad es que no manejamos nuestro destino. Somos dueños de nuestro pasado pero no de nuestro futuro. Ni siquiera de los cinco minutos siguientes.
En nuestra vida, ese futuro se ha vuelto especialmente incierto. Han aparecido nuevas variables.
Habíamos aprendido a vivir con un monstruo entre nosotros. Llevaba con nosotros algo más de cuatro años, y ahora parece que no quiere estar solo y que tenemos otro, con el mismo nombre y del que todavía no conocemos su apellido.
Las piedras del camino se van haciendo más grandes, más puntiagudas, hacen más daño cuando las pisas.
La pendiente es cada vez más empinada, y aunque la fuerza persiste, cada vez se ve la cima más lejos, es como cuando vas a llegar, de repente la mueven para llevarla más lejos.
El caminante tiene que seguir, con su mochila a cuestas, cada vez más pesada, y cada paso que da lo agota más, pero tiene que seguir, no vale pararse a mitad del camino. El esfuerzo de llegar hasta aquí no compensa la marcha atrás. Esta ya es inevitable.
Hay que levantar la cabeza, ponerse tiritas en esos pies doloridos y continuar. Da igual que tengas que luchar contra un monstruo de una o dos cabezas.

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