domingo, 7 de febrero de 2010

CARNAVELES

Si hace apenas un par de meses no podíamos entrar en una tienda y no verla llena de papanoeles y lucecitas a la venta, ahora que va a empezar el carnaval, es imposible no encontrarse escaparates con caretas, disfraces, bigotes etc.....

No me gusta el carnaval. Creo que jamás me he disfrazado, y únicamente he disfrazado a mis hijos cuando había una fiesta en el colegio, por eso de no desentonar.

No sé cuando empieza, ni cuando es el entierro de la sardina. No me importa mucho, la verdad. Solo sé que se acerca porque veo gorros, matasuegras, bigotes y todo tipo de disfraces por donde quiera que me mueva.

Cuando vivía en Córdoba, se celebraba a lo grande. En la Plaza de la Corredera era el encuentro de las máscaras y las chirigotas. Creo que me acerqué un año por allí, y cuando vi la pinta de la fiesta me di media vuelta. En Madrid, ni siquiera he llegado a ir un solo año,, vamos es que ni siquiera sé si hay algún acto oficial por esta fiesta.

Las chirigotas, pues no le veo la gracia, la verdad. Esperar un año entero para poner verde a quien te parezca, y hacerlo disfrazado para que no te vean la cara......, pues no, no va conmigo. Si quieres decir algo que no te gusta, dilo de frente, sin necesidad de caretas.

En algún país de Europa, y lo sé de buena tinta, un día determinado, a una hora determinada, se interrumpe todo lo que se está haciendo.....y yo no me puedo imaginar a esas personas, de apariencia tan seria y tan formal, gastando bromas a sus vecinos de mesa y a sus jefes de departamentos. Y es que con la personalidad suplantada somos capaces de cualquier cosa.

No viví esa época en la que los carnavales estaban prohibidos, pero me hubiera gustado. Si señor, buen gusto el del gobernante que los prohibió.

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