jueves, 4 de febrero de 2010

DIA MUNDIAL CONTRA EL CANCER

En este día yo quiero tener una mención especial para todas aquellas personas que he conocido que padecían esta enfermedad y que ya no están con nosotros. Son bastantes. Unos con un sufrimiento más prolongado que otros. De algunos sé los nombres, de otros nunca los supe, solamente vi sus caras.

Otra mención especial a todas aquellas que sé que están luchando contra viento y marea contra este mal

A los que día a día se levantan dispuestos a enfrentarse con el mal físico y psicológico que esta enfermedad les produce

A los que se acuestan agotados, soportando los efectos de la propia enfermedad o de los tratamientos, pero contentos de haber sobrevivido un día más

A aquellos que tienen terror a lo que les ocurre, pero que lo dignifican con su actitud valiente

A aquellos que en medio de la tempestad pueden aportarnos la calma regalándonos la mejor de sus sonrisas

A aquellos que confían en Dios, y sobre todo que no lo ven como el culpable de esta situación

A aquellos que pasan por pruebas médicas pesadas, por tratamientos fuertes,....., a los que tienen condicionada su vida alrededor de un hospital.

A aquellos que con su "saber vivir a pesar de la dificultad" nos dan lecciones a diario.

Por todos estos, e incluso por los que no lo viven de esta forma. Por los que la amargura pueda con su espíritu. Por los que no sean capaces de dar gracias a Dios por un día más de vida. Por todos ellos, y por nosotros, por los que por mucho que imaginemos sus sentimientos, no podemos conocerlos, os invito a que recemos hoy esta oraciòn



Señor Jesús, aquel (aquella) a quien amas está enfermo (a).
Tú lo puedes todo; te pido humildemente que le devuelvas la salud. Pero, sin son otros tus designios, te pido le concedas la gracia de sobrellevar cristianamente su enfermedad.
En los caminos de Palestina tratabas a los enfermos con tal delicadeza que todos venía a ti, dame esa misma dulzura, ese tacto que es tan difícil de tener cuando se esta sano.
Que yo sepa dominar mi nerviosismo para no agobiarle, que sepa sacrificar una parte de mis ocupaciones para acompañarles, si es su deseo.
Yo estoy lleno de vida, Señor, y te doy gracias por ello. Pero haz que el sufrimiento de los demás me santifique, formándome en la abnegación y en la caridad. Amén








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