sábado, 21 de febrero de 2009

PROGRAMAS DE TELEVISION

Esta semana ha sido noticia en los periódicos la historia de una exconcursante de Gran Hermano en Reino Unido.
Es una chica de 27 a la que le han diagnosticado un cáncer terminal. Ella se declara como analfabeta por falta de recursos. Tiene dos hijos pequeños y, quiere dejarles suficiente dinero para que ellos si reciban la educación que ella no tuvo. Para ello, y a cambio de algo más de un millón de euros, va a permitir que se graben los últimos días de su vida, incluyendo su boda y la agonía de su muerte.
Yo no voy a juzgar a esta chica. Ella cree tener sus razones para hacer esto. Querer dejar situados económicamente a sus hijos de 5 y 4 años le parece razón suficiente para renunciar a la intimidad que debería tener en estos momentos.
A mi lo que me llama la atención es que una cadena de televisión pague ese dinero. Lo hace sabiendo que va a recuperar con creces. Y si lo hace es porque hay una cantidad de telespectadores dispuestos a ver ese programa.
Cuando hace unos años, comenzaron los programas que llamamos telebasura con Antonio David y semejantes de protagonistas peleandose entre ellos, nos echamos las manos a la cabeza, y dijimos que la tele no merecía la pena. Pero lo cierto es que estos programas tenían audiencia. Luego vinieron programas como la famosa isla, o la casa de gran hermano, e igualmente dijimos que vaya rollo. De nuevo las teles hicieron su agosto. Programas en los que la gente en público cuenta sus problemas, se pelean con su pareja, se reconcilian con la vecina del quinto en público, se someten a una máquina para que su pareja se crea si le ha sido fiel........Programas que todos criticamos, que nadie reconoce que ve, pero que cuando salen los estudios de las audiencias, se colocan en los primeros puestos.
Qué queréis que os diga, que todo eso no me parece una nimiedad comparado con el caso de esta chica británica. ¿Como puede llegar el hombre a ser tan morboso que disfrute viendo sufrir y morir a una persona? ¿como va a poder disfrutar alguien en el sillón de su casa, tomándose una cervecita, y al mismo tiempo viendo el sufrimiento que a esta chica le va a producir la quimioterapia, los dolores....? ¿podremos ver impasibles la despedida de esta chica de sus hijos?
Nos hacemos cada vez más duros. Hemos llorado delante de la pantalla con películas tipo Ghost o Pretty Woman, pero ya no nos vale la ficción. Necesitamos sufrimientos reales que alimenten al masoquista que parece que llevamos en nuestro interior. No tuviéramos suficiente con nuestros propios sufrimientos, para tener que disfrutar viendo los ajenos.
El género humano ha perdido el norte, todos los puntos cardinales al mismo tiempo. Salvamos a las ballenas, estamos preocupados por el efecto en las plantas del cambio climático y, y al mismo tiempo nos regocijamos con los sufrimientos de nuestros semejantes.
No he leido ningún manifiesto en contra de la grabación de este programa. Ni siquiera de las asociaciones contra el cáncer. Debe ser que no lo consideran una falta de respeto hacia estos enfermos. Somos capaces de encadenarnos a un árbol para que no lo talen, pero no protestamos para que se respete la dignidad de las personas. ¿Dónde están los valores que nos diferencian de los animales? Cada vez estoy menos convencida de aquello que estudiamos en el colegio: "animal racional" como definición del hombre.
Deberíamos hacer boicot a programas de este tipo, a ver si por fin vuelven a ponernos el Un, dos, tres que al menos, la calabaza nos hacía reir.

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