miércoles, 20 de mayo de 2009

PRIMERA COMUNION II

Entro en mi habitación con mi hija para vestirla para su Primera Comunión, cuando faltaba poco más de una hora para ir a la Iglesia, y por primera vez me dice que se está poniendo nerviosa.
No me ha complicado mucho los preparativos. Ella tenía muy claro como lo quería todo. "Un traje que no fuera de campana de gorda, nada de lazos en los bancos de la Iglesia, y dos centros de flores, uno para el altar y otro para la Virgen". "No es una boda" nos decía a su padre y a mi.
Como dijo tía Pili en su poesía, es una niña especial, y de esa forma especial, ha vivido los días previos a este día tan importante. No ha pensado en los regalos. Cuando le dieron el primero, se sorprendió. Ni siquiera sabía que los íba a recibir.
Ayer le contestó ella a la tía Pili el email donde le mandaba la poesía. Puso esto: (no hago ningún cambio a lo que ella escribió):
"Me encanto la poesia y me la escribiste muy muy muy muy muy muy muy muy bien te quiero muchiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisimo y no hacia falta el regalo que me encanto te quiero muchiiiiiiiiiiiiiisimo adios"
Os puedo asegurar que no la hemos aleccionado previamente. No ha hecho falta. Ha sido ella la que nos ha ido dando a nosotros lecciones de austeridad. Solo le pedía a su padre y a sus hermanos una cosa, que fueran con corbata. Asocia la corbata con elegancia, y la elegancia con las fechas señaladas, y los días de fiesta, y , este era SU DIA DE FIESTA. Tenía una meta: comulgar. Lo demás le daba igual.
La iglesia casi está llena, pero ni siquiera eso logra ponerla nerviosa. Conoce a todos los que están allí, y está acostumbrada a que nos movemos como las tribus, a que somos una piña y vamos todos a todos los sitios. Todo le resulta tan familiar...... El coro, formado por su familia y amigos.... Las canciones que ella ha elegido junto con su padre....En el Altar, cuatro sacerdotes, a los que conoce y adora....de monaguillos, su hermano y su amigo Robert....El banco, el mismo donde nos sentamos habitualmente.....
Ni siquiera le parecen extrañas las lágrimas de su padre. Sabe que papá está malito, y que algunas veces llora. Cuando esto pasa, ella solo lo mira. Nunca pregunta el por qué de las lágrimas. Este día tampoco. Si me hubiera preguntado, le hubiera dicho que papá llora de alegría de poder verla tomar a Jesús por primera vez, de verla vestida de blanco tan guapísima como está. Pero que también llora de pena, una pena que tiene todo el derecho a tener y los demás debemos respetar.
Llega el momento de la Comunión. Nos acercamos los tres, ella con sonrisa de ilusión. Comulga, y va corriendo al banco a hablar con Jesús que ya está en su corazón. Detrás su padre, con el corazón destrozado, también se arrodilla. Sé lo que están diciéndole los dos a Jesús en ese momento. María me lo había dicho, y a su padre lo conozco tanto que no ha hecho falta que me lo diga. Yo solo le pido que por favor, se cumplan los deseos de los dos.
Las campanas tocan a Gloria mientras ella le lleva unas flores a la imagen de la Mater Salvatoris. Esa imagen a la que diariamente le reza en su colegio.
Fue una ceremonia preciosa. Gracias a los sacerdotes que celebraron la Misa, por hacerla tan sumamente especial. A los que nos acompañásteis, por respetar los momentos tan intensos que allí vivimos. Por compartir con nosotros nuestra alegría y nuestro dolor. Gracias a Dios por regalarnos a María, esta niña tan especial, y por habernos permitido estar juntos este día. Creo que María a pesar de corta edad, no olvidará nunca este día.
Hoy es miércoles, y ya ha tomado su segunda y tercera Comunión, con la misma ilusión que la primera. En la Consagración, hoy me decía con los ojos iluminados, "que poquito queda para que pueda ir a comulgar". Ojalá siga teniendo esa misma ilusión todos los días de su vida.






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