domingo, 13 de septiembre de 2009

REENCUENTRO

Esta es la historia de dos parejas de amigos. Muy amigos durante muchos años. Vivieron juntos sus noviazgos, sus bodas, los nacimientos de sus hijos, sus triunfos profesionales. También sus fracasos, sus malas rachas sentimentales....., tantos años juntos, dan para mucho.

A una de las parejas, la vida le da un golpe muy duro. Y en ese momento, cuando más se necesita el apoyo de los que se quieren, estos le fallan. Dejémoslo así: no le corresponden como se esperaba de ellos.

Pasa el tiempo, y la brecha que se ha abierto es ya muy grande. Ya es prácticamente imposible tender el puente que vuelva a unir las dos orillas. Está demasiado dañado, ha habido demasiado dolor en esa separación.

El tiempo mitiga el dolor y va quedando el recuerdo de lo que fue y se perdió, de lo que ya no és.

Este recuerdo se traduce en alguna comunicación escueta, alguna llamada telefónica, algún email..., siempre impersonal. Ya sin reproches. Ya está todo hablado. Cada uno se ve cargado de razones. Y el contrario no las entiende.

Pero hay momentos y circunstancias en la vida, en los que hay que dejar a un lado los dictados de la mente, y dejar vencer al corazón. Hay que dejar el orgullo a un lado, y saber acercarte a quien lo está necesitando en ese momento, a quien necesita un apretón de manos, o un hombro para llorar. Esto se decide hacer, ...., o no. Cada uno es libre.

Paradojas de la vida. La otra pareja con el paso de los años, recibe también un duro golpe. De nuevo vuelven a estar unidos aunque solo sea porque comparten la misma pena, el mismo dolor.

Y un día, se encuentran. En un sitio tan insospechado como es una clínica. En un sitio donde dejas la racionalidad en la puerta, porque allí no se puede convivir con ella. Nada de lo que ocurre allí se puede ni siquiera intentar comprender.

Y en ese reencuentro, los ojos miran con cariño, pero la mente dice que no, que no puede ser, que es inútil volver a sufrir por lo mismo. Que "fue bonito mientras duró", pero que ya solo es un recuerdo, una fotografía en nuestra mente.

Y ese día, una de las protagonistas de esta historia, desempolvará la "libreta de éxitos" . Esa que le dieron en ese curso que hizo para directivos. Una libreta en la que uno piensa que va a poder escribir todos los días algo, pero que pasan los años, y sigue estando en blanco. Y apuntará que se alegra de ese reencuentro aunque solo haya durado diez minutos, porque se ha dado cuenta que a pesar de todo, no guarda rencor, que ha sido capaz de perdonar. Que desde la serenidad que da el paso del tiempo, ha sido capaz de decirle sinceramente "me alegro mucho de haberte visto".


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