Lo prometido es deuda. Han terminado los días grandes de la Semana Santa y aquí estoy de vuelta.
Os he echado de menos. No creáis que ha sido fácil estar varios días desconectada de vosotros. Ya lo dije, cada uno tiene que ser consciente de sus ataduras, y la mia es el ciberespacio. De todas formas, no me ha sobrado el tiempo. A pesar de estar de vacaciones, no he tenido un minuto libre. He intentado seguir todas las celebraciones religiosas de la parroquia, y de vivirlas con una cierta intensidad.
No he estado en Córdoba, como pensáis alguno de los que me leéis. Llevo varios años sin pasar una Semana Santa en Córdoba capital. Como ya os conté en una entrada anterior, primero la cambié por la Semana Santa de mi pueblo, Villanueva. Desde hace tres años, la vivo en Pelayos.
Si tengo que elegir, os diré, que a pesar de las grandiosidades de las procesiones de una capital andaluza, de los miles de fieles que acompañan a un paso de una procesión, de las ricas vestiduras de sus imágenes, vivo una Semana Santa mucho más fervorosa en este pequeño pueblo en el que ahora resido, y al que me siento tan unida. Aquí quizá no hay lujos, ni demasiadas procesiones, ni demasiada gente, pero todo se hace en un clima de profunda religiosidad y con una gran cariño al sentido de la Semana Santa.
Quiero desearos a todos Feliz Pascua de Resurrección. Hemos estado acompañando a Jesús durante estos días en su Pasión, en su Santo Entierro, hemos velado toda la noche junto a Él. Durante tres días nos quedamos huérfanos. Pero anoche, volvieron a tocar las campanas, las luces de las iglesias volvieron a encenderse, y celebrábamos con el cántico del Gloria que Jesús ha resucitado. Y ya volvimos a sentir su presencia a nuestro lado. Ya volvemos a estar tranquilos, vuelve a estar a nuestro lado.
De todas las canciones que se entonan estos días, hay una que me conmueve especialmente. No me cabe duda que la conocéis. Os dejo un video en la que la interpreta Kiko. No es la mejor versión, pero es la única que he encontrado.
Os he echado de menos. No creáis que ha sido fácil estar varios días desconectada de vosotros. Ya lo dije, cada uno tiene que ser consciente de sus ataduras, y la mia es el ciberespacio. De todas formas, no me ha sobrado el tiempo. A pesar de estar de vacaciones, no he tenido un minuto libre. He intentado seguir todas las celebraciones religiosas de la parroquia, y de vivirlas con una cierta intensidad.
No he estado en Córdoba, como pensáis alguno de los que me leéis. Llevo varios años sin pasar una Semana Santa en Córdoba capital. Como ya os conté en una entrada anterior, primero la cambié por la Semana Santa de mi pueblo, Villanueva. Desde hace tres años, la vivo en Pelayos.
Si tengo que elegir, os diré, que a pesar de las grandiosidades de las procesiones de una capital andaluza, de los miles de fieles que acompañan a un paso de una procesión, de las ricas vestiduras de sus imágenes, vivo una Semana Santa mucho más fervorosa en este pequeño pueblo en el que ahora resido, y al que me siento tan unida. Aquí quizá no hay lujos, ni demasiadas procesiones, ni demasiada gente, pero todo se hace en un clima de profunda religiosidad y con una gran cariño al sentido de la Semana Santa.
Quiero desearos a todos Feliz Pascua de Resurrección. Hemos estado acompañando a Jesús durante estos días en su Pasión, en su Santo Entierro, hemos velado toda la noche junto a Él. Durante tres días nos quedamos huérfanos. Pero anoche, volvieron a tocar las campanas, las luces de las iglesias volvieron a encenderse, y celebrábamos con el cántico del Gloria que Jesús ha resucitado. Y ya volvimos a sentir su presencia a nuestro lado. Ya volvemos a estar tranquilos, vuelve a estar a nuestro lado.
De todas las canciones que se entonan estos días, hay una que me conmueve especialmente. No me cabe duda que la conocéis. Os dejo un video en la que la interpreta Kiko. No es la mejor versión, pero es la única que he encontrado.
¡Feliz Pascua de Resurrección! Un abrazo.
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