domingo, 6 de junio de 2010

GRADUACION

Hoy he estado en el Seminario de Rozas con algunos chicos de segundo de bachiller. Están preparando el tan temido examen de selectividad. Pregunta tonta mía: ¿os da pena iros de aquí?, respuesta clara: pues sí.

Y me he acordado de que hace ya muchos años, allá por el año 87, en el mes de junio, yo terminaba mi época de estudiante. Ese día estás feliz, ya se han terminado los exámenes, se acabó el estres de estudiar......, y te parece que has terminado la etapa más horrorosa de tu vida. Tienes ganas de salir al mercado laboral, tienes ganas de comerte del mundo. Parece que te van a faltar años para triunfar, para ganar dinero, para llegar a "ser alguien". Estás dispuesto a todo, y cuando en las entrevistas de trabajo te preguntaban (porque en esta época no existía eso del derecho a la intimidad de la persona) - ¿tienes novio?- decías -
pues no, y además no me interesa tenerlo, porque lo que quiero es realizarme profesionalmente -

Solo con el paso del tiempo te das cuenta que no hay etapa más feliz y placentera que la de estudiante. Que ojalá el resto de tu vida, tu único problema sea aprobar ese examen que llevas cogido con pinzas. Porque ese examen pasa, duermes un poquito y se terminó la preocupación. Ahí están papá y mamá que te solucionan los problemas, bueno, lo que a tí te parece en ese momento que son los problemas.

Son muchos años los que pasas con tus compañeros. Primero en el colegio. En mi caso ocho años. Luego el instituto, cuatro, y después la universidad, cinco más. En cada una de estas etapas vas haciendo amigos que en ese momento te parecen insustituibles. Crees que los seguirás manteniendo a lo largo de toda tu vida, aunque los caminos que cada uno elija sean diferentes. Y qué lejos esto de la realidad. Pasas del colegio, y con el tiempo, pasas de esas amistades. Y las sustituyes por las nuevas que vas haciendo en la universidad. Y cuando acaba la universidad, ya con algo más de madurez, ya sabes que a pesar de tantas vivencias juntos, cada uno tirará por su lado, y que cada uno se meterá en su vida profesional a fondo, y en la personal, y que cada vez el distanciamiento será mayor. Que la foto de la orla será seguramente lo último que haréis todos juntos.

Con cariño los recuerdas. Con cariño vuelves a encontrártelos, y quedas a comer un día con ellos. Conoces a sus parejas, a sus hijos. Recuerdas a los profesores, los motes que tenían, las noches de estudio, los exámenes.....todo con mucha nostalgia.

Ningún tiempo vuelve. Cada cosa tiene su momento, su edad. Pero todo queda en tu recuerdo.

En estos días, por motivos que ahora no vienen a cuento, he rebuscado en el baúl de los recuerdos el "decálogo de buenas intenciones" que inventó mi promoción cuando terminamos la carrera. Me ha encantado leerlo. Fuimos la promoción que la inventó. Ahora la siguen leyendo en el acto de graduación. He leído la de este curso 2009/2010, pero me quedo con la nuestra. Menos elaborada, más natural, más nacida del corazón, como éramos nosotros.

Estudiamos con curas, teníamos la ética grabada en nuestra mente, y con ella hicimos este decálogo. El actual está más adornado, más adaptado a estas cosas que hace veinte años ni se conocían, el medio ambiente, etc etc....

Bueno, que todo este rollo que os he soltado es porque quiero ponerlo aquí, para que todos lo conozcáis.

Éramos casi sesenta chicos y chicas de veintipocos años, que salíamos al mundo de la empresa, pensando que sabíamos mucho, con ganas de trabajar y de darlo todo y estos fueron nuestros compromisos.


DECALOGO DE ÉTICA EMPRESARIAL
ACTO ACADÉMICO FIN DE CARRERA DE LA 20º PROMOCIÓN.

1.- Pondremos nuestra capacidad profesional al servicio de la empresa y de las personas vinculadas a ella, con independencia de que el fin sea lucrativo o no.
2.- Tendremos presente el último fin de la empresa, que es servir a la sociedad.
3.- Seremos emprendedores e innovadores manteniendo una preocupación permanente por estar al día en todos los campos de la profesión.
4.- Seremos responsables en todas las decisiones.
5.- No aprevecharemos la situación de la empresa, para obtener un beneficio personal a costa de los demás.
6.- Respetaremos la dignidad de las personas, y y facilitaremos la máxima participación.
7.- Estaremos abiertos a las demás opiniones de los demás, respetándolas y valorándolas.
8.- Facilitaremos toda la información necesaria, pero guardaremos siempre el secreto profesional.
9.- Actuaremos dentro del respeto a la legalidad vigente.
10.- Huiremos del autoritarismo, de los privilegios y de cualquier forma de discriminación.



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