GUERREROS

Hace un par de días que me he enterado que una amiga ha perdido a su marido. Tenía cáncer. Un cáncer que parecía que no íba a terminar con su vida. En principio fue operable, le dieron quimioterapia, lo pasó mal, pero volvió a su trabajo, y a una vida más o menos llevadera. No tenía mal pronóstico.

Murió hace ya varíos días, pero en su delicadeza no nos lo ha dicho hasta ahora. Supongo que quería evitar nuestro propio sufrimiento, y evitó que pudiéramos acompañarla en el entierro, en el funeral.

Pero esta enfermedad es así. Te toma el pelo. Te hace creer que estás ganando la batalla, y de repente una sola célula que haya por ahí se empieza a reproducir a velocidad de vértigo, y es capaz de en un par de días acabar con la vida de esa persona. El cáncer no da tregua. El cáncer no descansa. A veces se adormece, pero es una enfermedad de la que no te curas "casi" nunca. Hay quien consigue que le den el alta médica, pero ese fantasma lo persigue todos los días de su vida. Y uno de ellos, reaparece, cuando menos lo esperas.

Me repito, lo sé. He escrito esto seguro que un montón de veces. Ya diréis que soy un tanto cansina. Que dale que erre con el tema. Lo siento, pero es algo que me llega al corazón.

Me enteré de la noticia. Y con total cobardía y sin que me dé vergüenza decirlo, no he sido capaz de llamarla por teléfono. ¿que por qué?, porque no sé qué decirle. He tenido el móvil varias veces en la mano, sin ser capaz de marcar el número.

Una de las veces que su marido estuvo ingresado hablamos por teléfono. Ella rezaba, confiaba a Dios la salud de su marido. Tenía fé en que pasaría lo que mejor tuviera que pasar. Es una mujer alegre, valiente, cargada de optimismo. Pero aquellos días la notaba derrotada, cansada, agotada. Tenía miedo. Como todos los que pasamos por estas circunstancias.

No sé que decir a alguien que ha perdido a su ser querido después de esta lucha, después de esta tregua. No sé qué consuelo darle. No sé cuáles son las palabras apropiadas para decirle. No sé si mi pobre ayuda puede servirle para algo. No sé si mis pobres palabras van a poder hacerle olvidar su sufrimiento durante unos minutos. No sé. Por eso pienso en llamar, y digo luego, y llega el luego, y digo después. Y así han pasado ya varios días.

Hay quien a los enfermos de cáncer los llama "guerreros". Se merecen este nombre, por supuesto que sí. Pero son unos guerreros que van sin coraza, y desarmados frente a su enemigo. Llevan el pecho al descubierto y la flecha se clavará en su corazón en un disparo. Son unos guerreros pacíficos, valga la total incongruencia de las dos palabras juntas. Y son pacíficos porque su enemigo los va dejando sin fuerzas, los va dejando sin ganas ni siquiera de luchar. Los gana por goleada. Su enemigo es mucho más activo que ellos, y saber perfectamente por dónde atacar.

Voy conociendo demasiados guerreros que a pesar de ganar batallas pierden la guerra.