Día de la madre.
Repartidores de ramos de flores por las calles. Los grandes almacenes haciendo su agosto, porque hay quien dice que esta celebración se la inventaron los comerciantes. Restaurantes hasta arriba porque ese día mamá no quiere trabajar, padres intentando averiguar la talla de su mujer, o el número de zapato (que no cambia, pero que no lo recuerdan de un año para otro).
Pero lo mejor,...., los regalazos que recibimos los que todavía tenemos niños pequeños. Esos que llevan escondidos en la mochila, que han estado preparando en clase con tantísima ilusión. Los ves como llegan a casa y con cara de pillines esconden su tesoro hasta que llegue el día de poder darlo.
Papeles escritos con el corazón y hechos con esas manitas llenas de cariño.
Yo puedo disfrutar todavía de esos regalos. Esos que no hay forma de pagarlos con ninguna tarjeta de crédito porque no alcanzaría el límite.
Hoy quiero compartir con vosotros uno de ellos. Es que me partía de la risa cuando lo leía.
Me imagino a la profesora: "escribir cada una algo por lo que queréis dar gracias a vuestra mamá". Y a mi hija María lo primero que se le ocurre es decir:
"Gracias por ir al Carrefour"
Me la comía cuando leí eso. Y es que las madres podemos ser lo que seamos. Podemos dedicar nuestra vida a ser profesionales, intentar ser las mejores, estudiar, trabajar, hasta algunas llegarán a ser presidentas de alguna compañía o de algún país , ...., pero al final, en nuestra casa, para los nuestros, somos las "mamás".
Y mi hija pensaría que si su madre no se dedicara a estar todo el día de aquí para allá transportando bolsas de la compra, pues que en casa, aunque haya alguien que prepare la comida, pues no se comería....., y entiende que esto es para estar agradecidas.
Desde luego que poco glamourosas que somos las madres. Ya podemos llevar colgado el mejor bolso de firma y vestidas del mejor diseñador, que al final para lo que más utilizas el monedero es para pagar en las cajas de los hipermercados. Mecachis!!!!, si lo llego a saber no me trago tantas horas de flexo en mi época de estuante.
Dicen por ahí que los niños y los borrachos son los que dicen la verdad.
En este enlace podéis ver el fantástico regalo del que os hablo, y a ver quién me dice que no es para enmarcarlo.
También tengo que decir en honor a mis otros dos hijos y a mi marido que se portaron superbien con sus regalos.
Gracias a los cuatro!!!!
Aunque los hijos crecen siempre les ves algo de niños y su regalito te produce ternura. por supuesto te acuerdas de los primeros regalos hechos en el cole con los palillos y papel de celofán. Pero hoy te sigue emocionando el ver que a pesar de su trabajo y lucha aún tienen tiempo para pensar en una.
ResponderEliminarYa sabes, dan ganas de para el reloj y de fundirte con todos en un fuerte abrazo.
Felicidades por esos hijos y marido que te han obsequiado sobre todo con su cariño.
Muchísimas gracias, efectivamente el mejor regalo es el cariño.
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