miércoles, 24 de noviembre de 2010

MORALEJA

Una vez en un curso de esos que ahora están tan de moda (bueno ahora no, por eso de la crisis) ne contaron una fábula.
No la recuerdo exactamente, pero era algo así como un leñador que salía todos los días a cortar árboles. Empezó cortando digamos 20 el primer día, el segundo 18 árboles, el tercero 15 árboles, ..., y así hasta que un día solamente pudo cortar uno. Estaba el pobre hombre un poco agobiado, pensando que quizá estaba cansado y que por eso no podía cortar al mismo ritmo. De repente pasó por allí alguien, y nuestro leñador le contó su problema. Este muy sabiamente le dijo "¿has probado a afilar el hacha?", a lo que nuestro leñador le contestó "pues no, no he tenido tiempo, he estado muy ocupado cortando árboles".
Y como todas las metáforas, tiene su "moraleja", qué cúal es??? pues cada uno la puede aplicar a su vida.
La razón por la que yo hoy me he acordado de ella es porque a través de un email que he recibido y que me dejó estupefacta. A través de unas noticias que he escuchado después, cada vez más me reafirmo en que no es necesario dejar todas las fuerzas en el bosque. Que al trabajo nos castigó Dios cuando echó a Adan y a Eva del Edén, y que como tal castigo debería repelernos. Que no nos entra en la cabeza que hay que trabajar para vivir y no vivir para trabajar. Que hay cosas mucho más importantes que el trabajo. Que en una empresa no dejamos de ser un número, y que la relación la mayoría de las veces aunque nos cueste verlo, es una simple relación laboral que continúa mientras a las dos partes le sirva para algo. Que no hay nada más rápido de cambiar que un nombre en una tarjeta de visita.
Que no, que no terminamos de aprenderlo. Que hay muchas cosas en el mundo que pasamos por alto y que realmente son las que nos pueden traer la felicidad. Que la felicidad no se alcanza por tener cuatro bolsos de marca en lugar de dos de mercadillo. Que todas esas necesidades nos las buscamos nosotros.
A mí me parecía mal cuando desde hace unos años en las entrevistas de trabajo, veía que las nuevas generaciones venían "pisando despacito". En la primera entrevista te soltaban que no querían viajar mucho, que salir tempranito....., me encendía, para qué os voy a engañar. No podía entenderlo. No quería entenderlo.
Ahora los entiendo perfectamente. Seguramente conseguirán ser mucho más felices que nosotros.

3 comentarios:

  1. Pues a mi esta historia me dice que no me olvide de lo importante, sin ello, no podré con lo demás. Me ha gustado esto del hacha... qué cosas. Un abrazo

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  2. Patricia, tú tienes muy claro que es lo realmente importante. No necesitas moralejas, ni fábulas ni nada de nada. Felicidades !!!!

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  3. a mi también me ha gustado lo del hacha... el otro día una persona se rió de mí porque hablando de estudiar descubrió que tengo dos carreras universitarias y que SÓLO soy una auxiliar administrativa en un pueblo pequeño. Le podría haber explicado mis razones pero después de la risa no me apeteció, me pareció una falta de respeto.
    Y mis razones son: quería un lugar tranquilo para criar a mis hijos y todo el tiempo del mundo para estar con ellos. Y lo tengo y soy inmesamente feliz. Cobro menos del salario mínimo y mi marido (que hizo parecidas renuncias) ahora está en paro... pero estamos los 5 juntos todos los días a desayunar, comer y cenar y, por cierto, mis hijos se pelean por bendecir la mesa, así que cada uno tiene un turno, yo me he quedado con la mañana a la espera de que mi enana sepa hacerlo.....
    ..... me cuesta muchísimo llegar a fin de mes pero soy inmensamente feliz.
    Como siempre, Rosa, gracias

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