viernes, 28 de noviembre de 2008

LAS ROSAS

Bendito seas Señor
por tu infinita bondad
porque pones con amor
sobre espinas de dolor
rosas de conformidad
.
En los veinte años que llevamos juntos Carlos y yo, me ha regalado muchas, muchas veces flores. Saben que me gustan mucho. Que no soy una enamorada de las plantas, pero si de las flores. Y muchas veces, en la tarjeta ha puesto este poema.
Siempre he pensado que era de Santa Teresa, pero hoy navegando me lo he encontrado. Resulta que es de Pemán (tendré que estudiar un poquito literatura), y que además tiene una segunda parte.

No quiero que en mi cantar
mi pena se transparente
quiero sufrir y callar;
no quiero dar a la gente
migajas de mi pesar
"
No siempre he entendido por qué me ponía esa dedicatoria. Quizá era porque le gustaba especialmente ese poema...... ´
Hoy al leerlo completo (porque, por cierto, hace ya un tiempecito que no me regala flores), he entendido como nuestra vida se puede resumir en este poema de apenas diez líneas.
En nuestra vida hay dolor, pero un dolor mitigado por muchas rosas. Rosas en forma de vivencias, de experiencias, de consejos, de compañías, de momentos especiales, de fé, de oraciones, de familia, de amigos...... Rosas en todas sus variedades que han llegado en el momento oportuno, y traidas por los mensajeros más insospechados.
Intentamos que este sea nuestro modelo de vida. Otra cosa es que lo consigamos. No queremos inspirar pena, queremos dejar a la gente que participe en nuestro dolor, pero sin provocar amargura. Que sea un dolor callado. Un dolor sonriente.
No es un dolor bienvenido, pero si aceptado. Aceptado con serenidad, y sobre todo desde la fé.
Quizá este poema se tenía que quedar grabado en nuestra mente y entenderlo y aplicarlo en el momento apropiado. De ahí que nos haya rondado durante veinte años.
¿otra vez la casualidad? no, otra vez la providencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario