martes, 3 de marzo de 2009

LA ECONOMETRIA Y EL BREVIARIO

¿Alguno de los que me estáis leyendo habéis estudiado alguna vez "econometría"? Yo en segundo o tercero de carrera, ya no me acuerdo.
El profesor llegaba a clase, llenaba la pizarra de números y fórmulas, de lo que el llamaba modelos econométricos. Acababa uno, y empezaba otro, y así pasaba la hora de clase. Nosotros copiábamos lo que él iba poniendo, con el agobio de perder un número o un signo, porque entonces, dichoso modelito no servía para nada.
Luego, yo estudiaba lo que había copiado, y como no me había enterado de nada, pues a aprendérmelo de memoria. Nada de razonamientos, creo que memoricé más que estudiando las asignaturas de derecho. No recuerdo si al final tuve un bien o un notable en esta asignatura. El caso es que aprobé a la primera. Pero a pesar de la nota, os prometo que cuando acabó el curso no me había enterado ni de qué iba la asignatura, ni para lo que servían esos modelos econométricos. Menos mal que jamás he tenido que utilizarlo. Al final con las reglas de tres, que aunque digan por ahí que son para torpes, yo me las apaño muy bien.
Bueno, pues quién me iba a decir que ya pasados los cuarenta me iba a enfrentar con otra cosa que me haría sentir "torpe como una mujer". Y ahora no son números, son letras. Es el breviario. Para los que no lo sepáis es el libro que se utiliza para rezar la liturgia de las horas.
Son cuatro tomos que hay que utilizar según el tiempo litúrgico que te encuentres. Hasta aquí vamos bien, porque de momento si sé distinguir, el tiempo de Cuaresma, Pascua, Adviento, Navidad y el tiempo ordinario que es todo lo que no está en lo anterior.
Cuando tienes el tomo apropiado, tienes que situarte en la semana que corresponda. Esto, bueno, a medias. Aquí me tropiezo con el tiempo ordinario que por ser el más largo del año, pues avanzas y retroces en las mismas semanas, y ya empieza el lío.
Suponiendo que estoy en la semana adecuada, viene el tema de la colocación de las cintas de colores. Hay una amarilla, otra verde, otra blanca, otra roja, y no sé si azul. El caso es que hay que colocarlas por colores en los himnos, en los salmos correspondientes, en la lectura, en las preces, en el día si es festivo...... y para colmo, hay que rezarlo siguiendo un orden, que no es el que por lógica sería, primero una, luego la siguiente.....no.....primero una, luego te saltas la segunda, y toca la tercera, vuelves a la segunda....... y yo ya llegado este punto no sé lo que estoy leyendo. Intento mirar al de al lado para ver qué página tiene abierta, pero con esto de ya ser mayor y que la letra es pequeña, pues no lo veo. Así que el de al lado, que se da cuenta, intenta decirme por dónde vamos y al final ni rezo yo, ni reza el de al lado.
Mi hijo me colocaba las cintas cada domingo. El martes ya las tenía hechas tal desastre que al final abría el libro al azar y rezaba lo que me salía, fuera Himno, Salmo, o lo que fuera. El ya ha desistido y dice que no me lo explica más. Otras personas después lo han intentado, y el caso es que me entero, pero cuando me enfrento a las cintas, nada, se acabó todo.
Menos mal que ahora hay unos programas estupendos en internet, que saben el día que es y en la pantalla del ordenador de forma ordenada va saliendo todo en un orden perfecto.
Aun así, no desisto. Yo soy muy pesada, y cuando quiero algo, lo consigo. Así que lo seguiré intentando, y el día que lo consiga creo que me sentiré con la misma sensación que el día que conseguí el aprobado de econometría.

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