martes, 3 de marzo de 2009

Mt 11,25-30

Enfrente de mi casa de Madrid está la Basílica Hispanoamericana de Nuestra Señora de la Merced.
Todos los días cuando volvía a casa leía una enorme pancarta que estaba (y sigue allí) colgada en la fachada principal de la iglesia.
Junto a un rostro de Jesús, dice "Venid a mi todos los que estéis cansados y agobiados que yo os aliviaré".
Me gustaba leer esa frase. Efectivamente yo volvía después de una jornada laboral, unos días más cansada que otros. Y esa pancarta me invitaba a entrar en el templo y a poder descansar allí.
Pero el descanso que me ofrecía no era el descanso físico. Al fin y al cabo, los bancos de una iglesia no suelen ser cómodos. Me invitaba a otro tipo de descanso. Me invitaba a que entrara a hacer una visita a Jesús, a introducirme en el silencio que allí reinaba. Me invitaba al descanso del alma.
Y lo hacía muchos días. Antes de subir a casa, entraba. Y lo hacía arrastrada por la frase que acababa de leer. Entraba con todo mi cansancio y mis agobios, dispuesta a poder dejarlos en las manos del Señor.
Es cierto que cuando volvía a subir aquellas escaleras, mi carga era más ligera, y mis fuerzas estaban renovadas.
Mucho mejor que yo, lo dice S.José Mª en su libro Camino:
Me preguntas: ¿por qué esa Cruz de palo? -Y copio de una carta: "Al levantar la vista del microscopio la mirada va a tropezar con la Cruz negra y vacía. Esta Cruz sin Crucificado es un símbolo. Tiene una significación que los demás no verán. Y el que, cansado, estaba a punto de abandonar la tarea, vuelve a acercar los ojos al ocular y sigue trabajando: porque la Cruz solitaria está pidiendo unas espaldas que carguen con ella".
El Santo habla de una Cruz de palo. Solitaria. Cada uno de nosotros tiene que tener su propia cruz de palo, para ir poniendo allí los sufrimientos propios. Cristo ya estuvo en la cruz. Ahora nos toca a nosotros llevarla. Cada uno tendrá que llevar la suya propia. Pero cuando estemos agotados de cargar con ella, siempre podremos volver a decirle a Jesús que la cargue por nosotros. Estará dispuesto a ello y nos ayudará a llevarla, aliviando nuestra carga.
Probar a hacerlo. Os aseguro que funciona.

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