sábado, 23 de enero de 2010

NOTICIAS DE MAL GUSTO 2

Bueno, lo prometido es deuda. El otro día os dije que eran dos las cosas que había leído en relación al cáncer y aquí está la segunda.

Como ya sabéis, participo en varios foros sobre el cáncer. Sobre todo hay uno que me gusta mucho que es "solo" para mujeres cuyos maridos están afectados por esta enfermedad.

Tengo que decir que todo lo que encuentro en relación a esto, es fuera de España. Aquí creo que nos falta todavía alguna generación para que esto de internet esté más implantado y todos lo utilicen más.

No es mi idea hablaros de estos foros, sino de lo que leí en uno de ellos.

Una señora estaba contando como se encontraba su marido últimamente. Y recibe una respuesta que viene a decir más o menos "vosotros, que sois una familia maravillosa no os merecéis esto. Esto es algo que debería estar reservado para otro tipo de personas".

No especificaba quienes eran este "otro tipo de personas".

Sufrir no es bueno para nadie. Solamente para esto, estoy de acuerdo con la igualdad. Igualdad según raza, edad, condición, sexo nacionalidad.....No debemos desearlo ni a nuestro peor enemigo. Nunca debemos desear un mal a nadie.

¿Quienes son merecedores de algo así?¿Hay personas que si se tienen ganada la enfermedad y otras no? ¿Cual es el baremo que mide si te lo has merecido o no? Y sobre todo ¿quienes somos cualquiera de nosotros para juzgar si este se lo merece o este no?
Al principio de un diagnóstico ( y yo siempre hablo de esto porque es lo que vivo en primera persona, pero habrá cientos y cientos de causas de sufrimiento), la pregunta es inevitable "¿por qué a mi o por qué a nosotros?". Es igual que cuando muere una persona joven, y a nosotros se nos pasa por la mente "¿por qué a éste que tenía tanto por vivir y no a un anciano que ya no tiene ninguna misión en la vida?"
Somos humanos, y por tanto estas preguntas entran dentro de la lógica de nuestras actuaciones.
Pero hay que pensar un poco más y dejar la lógica a un lado. Esta no siempre tiene explicación para todo. Hay cosas que no se demuestran empíricamente. Y creo que este es un buen ejemplo de ello. Nadie es más merecedor de una desgracia que otro. Todos somos bolas que estamos dentro del bombo, y la bola ganadora puede ser cualquiera. Y nunca sabremos por qué ha salido esa bola y no otra cualquiera.
Tengo muchos amigos, pero también tengo gente "menos amiga", esos que no te caen muy bien, esos que consideras malas personas por algo que te han hecho o por algo que has visto hacer....., y sin embargo, ninguno de esos días en los que te sientes la más desgraciada del universo, esos días que la pena llena tu vida, en los que haya pensado que ojalá la causa de mi sufrimiento pasara a una de estas personas.
Nos ha tocado, y ya está. Y no creo que sirva de ayuda decirle a una persona que está sufriendo que no le corresponde, que no se lo merece. Al menos a mi no me ayudaría nada un consejo de este tipo. No es necesario que nadie me haga sentir superior ni mejor que mis semejantes.
La ayuda viene de otro modo, acompañando, estando ahí, diciendo algo o incluso callando (que también es una buena forma de ayudar).
Y sobre todo, que Dios sabrá por qué cada uno tenemos una cruz. Por qué a cada uno nos da una cruz diferente. No nos corresponde a nosotros juzgar quién se merece la más difícil de cargar. Nos corresponde tirar de la nuestra y ayudar a los demás a cargar con la suya.
Cuentan los que han hecho la mili, que hay un ejercicio de supervivencia, y que si uno de los del equipo llega solo a la meta, no vale. Si hay uno fuerte, y los demás en su equipo quieren tirar la toalla, su finalidad es ayudarles, para que aunque sea con un poco de retraso lleguen todos a la meta.
Pues eso es lo que tenemos que hacer nosotros, dejar de pensar en si lo de los demás es mejor o peor que lo nuestro. Carga con lo tuyo y ayuda a los demás con las fuerzas que te queden (que son muchas, seguro), que el éxito solo no vale, el éxito será de todos juntos.

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