sábado, 7 de agosto de 2010

SOLEDAD

Creo que ya había hablado de esto en este blog, pero como no tengo intención de buscarlo, y supongo que hará ya mucho tiempo, volveré sobre el tema, aún a riesgo de ser repetitiva.
Y es que quiero hablar de la soledad. La soledad no es ni buena ni mala, simplemente es soledad.
No es mala porque en muchas ocasiones la quieres, la deseas, la buscas. No es buena, porque otras veces te viene impuesta y te gustaría que desapareciera.
La soledad no es estar solo físicamente. Puedes estar rodedado de una multitud, y sin embargo te sientes solo. Porque no te encuentras entre esa multitud, porque no compartes nada con los que te rodean, porque no tienes nada que decirles, porque tus inquietudes y las suyas son diferentes.
Y sin embargo puedes estar solo físicamente y no sentir esa soledad. Porque te sientes acompañado, aunque sea de otra manera. Porque sabes que en algún lugar, alguien o muchos "alguien" te están haciendo compañía. Porque estar solo no es sinónimo de estar aburrido, ni de estar amargado.
La soledad duele cuando no es elegida. Y aún siéndolo, puede también fastidiarte en algunos momentos.
La soledad permite hacer cosas que no podrías hacer si no existiera. Pensar, mirar y advertir detalles en los que no habías reparado, recordar, leer, rezar.........La puedes llenar con algo que te reporte algún beneficio de algún tipo, pero corres el riesgo de llenarla con algo perjudicial.
La soledad no está bien vista. Tendemos a compadecernos de aquellas personas que consideramos que la sufren.
A veces es mejor varias horas de soledad, que un minuto con una compañía que no nos beneficia para nuestro enriquecimiento como personas. Hay que apostar fuerte para declinar este tipo de compañías a cambio del silencio.
La soledad ha existido siempre, y existirá. Forma parte de nuestra vida y de nuestra existencia.
No es ni buena ni mala, solo es soledad.

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