viernes, 10 de septiembre de 2010

UNA DE RECUERDOS

Hay quién desde pequeñito conoce su vocación. Sabe que quiere ser bombero, enfermera, médico, ingeniero, ........, lucha por ello y llega a serlo.

No es mi caso. Un mes antes de comenzar la universidad, ni siquiera sabía en qué consistía eso de ser economista. Sabía que había una universidad, y que bueno, pues allí se estudiaba algo que luego servía para trabajar en las empresas. Ni más ni menos.

Mis preferencias iban por otro sitio. Pero el destino es lo que es, bueno, el destino o la providencia. Y en este caso, una cosa u otra, o quizás las dos me marcaron el camino.

Y es que las páginas de la vida están escritas desde que nacemos. De eso estoy segura. Nada en mi vida sería lo que es de no haber hecho lo que en ese momento hice.

Yo quería estudiar Psicología y Ciencias Exactas. Estaba un poco loca, ¿verdad?....... (tenía la edad para ello). De la primera pensaba vivir y la segunda era como hobbie porque eso de las matemáticas me encantaba, pero no me pensaba dedicar a la docencia. Eso sí que lo tenía claro desde el primer momento.

No era posible lo que yo quería. Tampoco supuso un drama. Me dediqué a eliminar aquello que me horrorizaba, y quedó eso donde se estudiaba contabilidad, estadística, microeconomía...... Creo que finalmente opté por esta carrera porque no tenía ni idea de los contenidos de esas materias, por tanto difícilmente me podían dejar de gustar.

Otro día contaré qué pasó con eso que dejé de hacer......., ahora me centraré en lo que hice.

Pensareis que a qué viene hoy hablar de esto. Hace tanto tiempo que bueno, no tiene mucho sentido que hoy me acuerde de estos años.

Pues mira por donde sí que lo tiene. Y os diré por qué.

En estos días, entre los muchos emails que recibo dándome ánimos, preguntándome qué tal estoy, ....., he recibido unos cuantos de los que fueron mis amigos en esos años de estudiante.

Quizá os sorprenda, pero mi grupo de amigos eran siete chicos y yo......Fueron unos años preciosos, de una amistad sana con estos chicos fabulosa.

Hoy uno de ellos me escribe un email muy cariñoso en el que me recuerda muchas cosas de las vividas en ese tiempo, y recordando aquellos años me dice "eras fuerte, un chico más del grupo". Me ha hecho mucha gracia, porque sí en realidad era uno más de ellos. Venían a casa a estudiar. Montábamos una especie de biblioteca en el salón de casa, cenaban allí......Y entre estudio y estudio me hablaban de la chica que les gustaba, yo les decía qué tenían que regalarle, dónde las tenían que llevar a cenar,...., en fín, con eso de ser la única mujer, me tenían de "asesora".

Como contrapartida, me cuidaban, me acompañaban a casa cuando salíamos,..., hasta me cambiaban las ruedas del coche cuando pinchaba !!!!!..... Siempre recordaré con mucho cariño como cargaron con mis maletas hasta el tren el día que hice mi mudanza a Madrid.

Este mismo compañero, hoy me escribe dos citas que quiero compartir con vosotros, incluídos sus comentarios personales que son supergraciosos:

Se debe dejar que hable el dolor, porque la pena que no habla gime en el corazón hasta que lo rompe (W. Shakespeare) eso mismo también lo decía, con otras palabras, Camarón (son fatiguitas mortales las que se lloran por dentro y las lágrimas no salen), aunque por tu tierra, puede que no conozcan a Camarón. Pues sí querido amigo, tienes toda la razón, me apunto a esta cita que no conocía pero que viniendo de quien viene tiene que ser cierta. Y por cierto, si en Madrid la gente no conoce a Camarón, pues eso que se pierden.

Los éxitos se componen de un 90% de transpiración y de un 10% de inspiración creo que Einstein utilizaba el 80%-20%, pero ya se vé que yo tengo bastante menos inspiración que él, y debo centrarme en el trabajo…. No sabría decir ahora mismo qué proporción es la que yo tengo, pero creo que estoy lejos de lo que marca Einstein.....tendré que centrarme un poquito más.
Querido amigo, muchas gracias. No sé si haré caso de las famosas citas estas aunque las vea tan sesudas, . Últimamente no estoy para muchos mensajes de estos dulzones, pongo en duda hasta a los sabios, pero te prometo que las guardaré y que las leeré de vez en cuando, por eso de que repitiendo y repitiendo interiorizamos y aprendemos, igual que aprendimos a hacer los famosos problemas de econometría. Sígue enviándome alguna de vez en cuando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario