miércoles, 15 de octubre de 2008

EL TIEMPO QUE TARDA EN PASAR EL TIEMPO

No hay nada nada más exacto que el tiempo. Una hora es una hora siempre, y un día es igual en cualquier lugar del mundo. Sin embargo, no hay nada más inexacto que el tiempo.
Cuántas veces hemos escuchado y dicho "parece que fue ayer". Es cuando pensamos en momentos de nuestra vida importantes, como nuestra boda, el nacimiento de nuestros hijos. Han pasado los años como un soplo por nuestras vidas (diez, veinte, treinta......). Deprisa, sin que hayamos podido asimilar todas las cosas que nos han pasado. Como si no hubiéramos sido nosotros los que hubiéramos vivido esos años. De repente vemos a nuestros hijos haciendo la Primera Comunión, yendo a la universidad, y no tenemos conciencia que el día a día haya sido largo ni tedioso. Pasa una Navidad, y de repente ya vemos el turrón otra vez en el supermercado.
Pero hay veces que el reloj no avanza. Lo miramos una y otra vez, y las agujas están siempre en el mismo lugar. Ocurre en momentos de aburrimiento, está claro. Pero también nos pasa en momentos de incertidumbre. Cuando estamos esperando una noticia, queremos tenerla ya. No sabemos si va a ser buena o mala, pero la queremos conocer, y cuanto antes.
El ser humano tiene una gran capacidad de adaptación. A lo bueno y a lo malo. Es una gracia que nos ha dado Dios. Enseguida hacemos análisis de la situación, la recomponemos y nos adaptamos a las nuevas circunstancias. Pero no podemos vivir tranquilos en un estado continuo de incertidumbre. La desazón que crea es terrible. Un día se puede parecer una eternidad esperando la tan ansiada noticia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario