lunes, 20 de octubre de 2008

EL ULTIMO LIBRO QUE HE LEIDO

Soy una compradora compulsiva de libros. Tardo más en comprar un libro que en elegir un traje. Me leo las contraportadas, y me los llevaría todos. Leer es mi vicio, aunque tengo que confesar que el outlook, el facebook y el blog me han robado algo de tiempo para la lectura. Pero tengo una ventaja, y es que no veo televisión, por tanto, siempre tengo un rato para la lectura.
Mi sitio preferido para comprarlos es la Casa del Libro en la Gran Via. Ese lugar me parece un paraiso (me hubiera gustado que viérais mi cara de alucinada la primera vez, recien llegada de Córdoba, que entré ahí). El problema es que está lejos para ir a menudo. Como segunda opción El Corte Inglés. He pasado muchas horas en la sección de librería, la conozco muy bien. Hay una mueble que me gusta especialmente. No están los bestsellers, ni los Premio Planeta. Suelen ser libros de autores desconocidos, que terminan a veces en las listas de los 10 más vendidos. Ahí por ejemplo compré "El niño con el pijama de rayas", meses antes que se hiciera conocido.
El último que he comprado ha sido "La última lección de Randy Paush". No conocía al autor, pero el tema me interesó. Es un hombre de 43 años al que le detectan un cáncer de páncreas.
He leído mucho sobre este tema. Personas que sufren enfermedades terminales de muchos tipos y que lo cuentan en primera persona. No es por masoquismo. Debe ser por eso de autoconvencernos que lo que nos pasa a nosotros no es único, además de aprender como otras personas se enfrentan a estas enfermedades. Los hay de muchos tipos, más y menos dramáticos, más o menos científicos, pero siempre con un toque personal de superación del que intento aprender.
Que me perdone el autor, porque ya ha muerto, y no podría defenderse, pero de todo lo que he leido, he de decir que este libro me parece auténtica basura. No entiendo como alguien que está padeciendo esta enfermedad puede frivolizar del tema de esa forma.
El explica que va a dar una última lección, y que quiere que se convierta en una especie de testamento verbal para sus hijos. Pero yo me pregunto, ¿como una persona que sabe que va a morir en un plazo de seis meses, se marcha el día del cumpleaños de su mujer (el último que puede pasar con ella) para dar esa conferencia?. ¿como puede convocar a un grupo muy numeroso de espectadores, y ponerse a hacer flexiones para demostrarles que físicamente está mejor que ellos? ¿como puede hacer una presentación con un power point con las pruebas médicas de su enfermedad delante de todos esos espectadores?.
Creo que a sus hijos no les hacía falta ver a su padre haciendo flexiones, ni ninguneando la enfermedad. Seguro que como personas, les hubiera ayudado más tener a su padre en ese cumpleaños, verlo preocupado, verlo disfrutar de sus últimos momentos, y que todas esas cosas, se las hubiera contado en directo sin necesidad de ningún power point. Creo que ha querido demostrar al permanecer en la mente de sus hijos como un superhéroe, pero a mi no me parece que esa sea la forma de serlo. Hay maneras de serlo con mucha más humanidad.
En cualquier caso, esto es solo una opinión personal, de una opción que tomó este señor. Que no comparto, pero que como todas las decisiones de los demás, hay que respetarlas.

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