miércoles, 29 de octubre de 2008

MIRAR LA FOTO


Dice la pregunta a pie de foto (no he podido quitar el texto): ¿puedes encontrar el rostro de Jesús en esta foto?.

Es cierto, está un poco escondido, como difuminado. Pero está. Y está mirando fijamente, cuidando lo que mira. Con una mirada cariñosa.

Así es Jesús. Hay muchas veces que se esconde, que nos cuesta encontrarlo. Que miramos a nuestro alrededor y le decimos ¿por qué no estás conmigo ahora que me haces tanta falta? ¿por qué noto tu ausencia? ¿acaso te has olvidado de mi?.

No podemos esperar grandes apariciones de Jesús. No tendremos la suerte de Santa Faustina, a la que se le reveló el Cristo de la Misericordia en Polonia allá por los años treinta. Justo antes de comenzar la segunda guerra mundial. Tenemos que verlo en cada pequeño detalle. Si no nos da lo que le pedimos, nos dará otras cosas. Lo único que tenemos que tener son los ojos bien abiertos para poder ver eso otro. Si os paráis a pensarlo un poco, cada momento triste de vuestra vida, cada piedra en el camino, ha tenido también su parte buena. Quizá gracias a esa desgracia hayáis conocido a alguien maravilloso, o se haya producido en vosotros mismos un cambio que ha sido beneficioso, o hayáis descubierto unos valores en la gente que os rodea desconocidos hasta entonces....... Siempre, siempre, hay alguna razón que al final nos dice que efectivamente Jesús en ese momento también estaba con nosotros.

En una homilía escuché una vez, que la oración no solo tiene que ser petición (que es muy humano), sino que ante todo tiene que ser confianza. Es difícil ¿eh?. Lo sé por experiencia propia. No nos podemos quedar solamente en lo que nosotros queremos. Los designios de Dios pueden ser otros. Solo hace falta, que creamos en ellos.

Mantengamos nuestros cinco sentidos bien despiertos. En cada momento, Jesús está ahí. Lo malo es que no invertimos ni cinco segundos en intentar encontrarlo.





No hay comentarios:

Publicar un comentario